miércoles, marzo 31, 2010

DESDE CUBA: LAS TORCIDAS RAZONES DEL CANTAAUTOR SILVIO RODRÍGUEZ

LAS TORCIDAS RAZONES DE SILVIO




Por Jorge Olivera Castillo
Sindical Press

31 de marzo de 2010

La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Silvio Rodríguez cree en los postulados de la Revolución. No lo dijo a través de una de las canciones de su último disco titulado Segunda Cita. Lo afirmó, el 26 de marzo, bajo los predios de la Casa de las Américas, ubicada en Ciudad de La Habana, escoltado por el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, presidente de la referida institución, y el trovador Vicente Feliu.

Rodríguez presentaba su reciente propuesta musical y decidió, no se sabe si espontáneamente, en cumplimiento de alguna orden de las más altas instancias políticas o en respuesta a una petición de la nomenclatura cultural, calzar la alicaída imagen del sistema a partir de la muerte en prisión, a causa de una prolongada huelga de hambre, del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo.

El popular cantautor cubano, apuesta una vez más, por asumir públicamente la defensa de un proceso que estima debe continuar rigiendo los destinos de la nación cubana. Aunque entre sus alabanzas alienta a “repensar conceptos e instituciones”, su discurso define una postura favorable al régimen.

Al considerar que tiene “muchas más razones para creer en la Revolución que para creer en sus detractores”, vuelve a confirmar su incondicionalidad al poder absoluto y el desprecio hacia sus víctimas.

La postura del sexagenario trovador, podría constituir una de las piezas de la contraofensiva gubernamental ante la ola de críticas provenientes de varias partes del mundo. Al fallecimiento de Zapata Tamayo el 23 de febrero, se agregan los violentos actos de repudio contra las Damas de Blanco durante el mes de marzo y la huelga de hambre y sed protagonizada por el periodista independiente Guillermo Fariñas desde el 24 de febrero. Actualmente permanece internado en un hospital a causa de su deterioro físico.

De acuerdo al momento, el tono y la forma de lo dicho por Silvio Rodríguez, se infiere que el mensaje va dirigido a minimizar las recientes declaraciones del también trovador cubano Pablo Milanés, ofrecidas al diario español El Mundo.

A la pregunta de: “¿Qué han hecho los revolucionarios con la Revolución?”, Milanés respondió: “Quedarse en el tiempo. Y la historia debe avanzar con ideas y hombres nuevos. Se han convertido en reaccionarios de sus propias ideas. Por eso he dicho que hace falta otra Revolución, porque tenemos manchitas. El sol, enorme que salió en el 59 se ha ido llenando de manchas en la medida en que se va poniendo viejo”.

Respecto a la posible muerte de Fariñas, a propósito de la huelga que comenzó para exigir la liberación de 26 presos de conciencia con serios padecimientos de salud, el trovador estima que, “Hay que condenar desde el punto de vista humano. Esas cosas no se hacen. Las ideas se discuten y se combaten, no se encarcelan”.

Ambos músicos son parte de la influyente iconografía de la intelectualidad de izquierda. Su tradicional asociación y defensa de los valores que impuso la élite que todavía gobierna en Cuba, los convierte en voces con un razonable margen de credibilidad a la hora de emitir criterios sobre la realidad nacional.

Pablo Milanés, toma distancia de un sistema que considera anquilosado y que en la práctica no ha cumplido con muchos de los parámetros de justicia, libertad y eficiencia económica tan imprescindibles en la construcción de un verdadero socialismo.

Silvio Rodríguez arrima su prestigio a las llamas de la decadente clase política que se resiste a adoptar el camino del cambio.

La historia despejará las dudas si su actitud fue a conciencia o por oportunismo. De todas formas saldrá trasquilado. Será muy difícil olvidar su voz como parte de la banda sonora de una dictadura genéticamente cruel e incapaz.

oliverajorge75@yahoo.com

1 Comments:

At 12:59 a. m., Anonymous Anónimo said...

El gobierno de Cuba se encuentra en una posición muy difícil e indefendible, es por ello que acuden a Silvio Rodríguez y a Aleyda la hija de Ernesto Guevara. Aleyda en particular nunca en su vida ha sido nadie si no fuera por su padre y el apellido que le legó, así que si se agarran de este clavo caliente, es seña de que "la cosa está fea", como diría Nonó Correia...

chicho el cojo

 

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